Friday, January 13, 2006

Más allá del deber (A Bronx Tale I)

Oficial Daniel Enchautegui
Hace dos años, el oficial Daniel Enchautegui, se mudó a un sótano de la calle Arnow, en Pelham Bay, un vecindario tranquilo, en la parte norte del Bronx, con pequeñas calles y casas de dos pisos, algunas con pórticos y flanqueado por el Boulevard Bruckner al este y la avenida Westchester al oeste. Al decir de su casero, el oficial era un concienzudo y amigable inquilino.
Aproximadamente a las 4.30 am del 10 de diciembre, el ruido de unos cristales rotos, perturbaron el sueño del oficial. Llamó a su casero, Henry Dzieczic, quien vive en el piso superior, para preguntarle si había escuchado algo. Le dijo que no. Entonces se puso una casaca negra, un collar con su placa de policía, cogió su celular y su pistola de 9 mm, que usaba cuando no estaba en servicio.
La madrugada era fría, como es usual en diciembre. Se dirigió a la casa vecina y vio una ventana rota en el sótano. Llamó al 911, informó de un posible robo y pidió refuerzos. Tuvo cuidado en describir como estaba vestido y que portaba su placa sujeta al cuello, con la finalidad de no ser confundido con un sospechoso.
Mientras esperaba, dos sujetos salieron por la parte posterior de la casa. El oficial levantó su arma y se identificó mostrando su placa. Alto, policía, gritó, dos veces. Usualmente las madrugadas invernales son oscuras y los pasajes que separan las casas son oscuros o mal iluminados. Si el oficial Enchautegui, se percató que uno de los sospechosos portaba un arma, no se sabe. Tal vez ya la tenía en la mano y el oficial no la vio. En resumen, no viene al caso especular. Alguien disparó, hiriendo al oficial en el pecho y comprometiendo la aorta. Antes de caer, el oficial Daniel Enchautegui, descargó las 8 balas de su pistola, hiriendo a sus atacantes, 2 veces a uno y 6 al otro.
Cuando los oficiales que respondieron al llamado, arribaron, el oficial yacía boca arriba y agonizaba. Los socorristas intentaron revivirlo, mientras lo trasladaban al Jacobi Medical Center, donde fue declarado muerto a las 6.09 am.
Enchautegui, tenía 28 años, era soltero, norteamericano de padres portorriqueños. Le sobreviven sus padres y una hermana, quien lo llamamaba cariñosamente a big teddy bear. Fue el segundo oficial muerto en cumplimiento del deber en el 2005 y a poco menos de 15 días del primer caso. Aunque no estaba en servicio, actuó más alla del deber al enfrentarse a sus agresores.

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