Columbus Park
El miércoles 1º de febrero, después de tensas discusiones, opiniones a favor y en contra, el lugar autorizado para que los jornaleros se reúnan en espera de trabajo; un estacionamiento junto al Columbus Park, vecindario de Washingtonville; en Mamaroneck, fue oficialmente cerrado.
Ellos son como langostas, lo toman todo y no benefician en nada a la comunidad, dijo Joseph Angilletta, miembro del Concejo de Mamaroneck.
El tema es controvertido, el derecho a reunirse pacíficamente, está amparado por la primera enmienda de la Constitución de los EE.UU. Las quejas, son las mismas en todo el Condado y a través de la nación, calles repletas, tráfico bloqueado, falta de seguridad, conducta desordenada, consumo de bebidas alcohólicas, vagancia.
La mayoría de inmigrantes son gente que trabaja duro y mientras existan tremendas diferencias económicas, esta marea no se detendrá. Ganar 20 veces más que en su país de origen es aliciente para arriesgarse. Ni murallas, ni leyes, ni persecusiones, ni deportaciones, la detendrán.
Las consecuencias del cierre de un lugar en una ciudad, afectaron a otra. Es lo que dicen los miembros del Concejo de Mamaroneck, cuando New Rochelle cerró su lugar (no autorizado), los jornaleros se fueron al de Mamaroneck, sobrepoblándolo.
Lo que se dice de los hispanos es lo mismo que se dijo acerca de los judíos, irlandeses e italianos, dijo Ruth Obernbreit Glas, residente de Larchmont, hija de 2 sobrevivientes del Holocausto.
Yo fui a la universidad. Fui a la escuela de leyes. Me siento realmente feliz de estar donde estoy. Los inmigrantes hispanos están donde estuvo mi familia hace 4 generaciones, manifestó Don Coyne, abogado que trabaja en Manhattan y reside en Larchmont.
Hay demasiados ilegales, están por todas partes. Tiene que haber mejor control, porque estamos siendo invadidos, dijo Ron Garvey, residente del vecindario de Washingtonville, quien es dueño de una lavandería y de un negocio de lavado en seco.
Ellos son como langostas, lo toman todo y no benefician en nada a la comunidad, dijo Joseph Angilletta, miembro del Concejo de Mamaroneck.
El tema es controvertido, el derecho a reunirse pacíficamente, está amparado por la primera enmienda de la Constitución de los EE.UU. Las quejas, son las mismas en todo el Condado y a través de la nación, calles repletas, tráfico bloqueado, falta de seguridad, conducta desordenada, consumo de bebidas alcohólicas, vagancia.
La mayoría de inmigrantes son gente que trabaja duro y mientras existan tremendas diferencias económicas, esta marea no se detendrá. Ganar 20 veces más que en su país de origen es aliciente para arriesgarse. Ni murallas, ni leyes, ni persecusiones, ni deportaciones, la detendrán.
Las consecuencias del cierre de un lugar en una ciudad, afectaron a otra. Es lo que dicen los miembros del Concejo de Mamaroneck, cuando New Rochelle cerró su lugar (no autorizado), los jornaleros se fueron al de Mamaroneck, sobrepoblándolo.
Lo que se dice de los hispanos es lo mismo que se dijo acerca de los judíos, irlandeses e italianos, dijo Ruth Obernbreit Glas, residente de Larchmont, hija de 2 sobrevivientes del Holocausto.
Yo fui a la universidad. Fui a la escuela de leyes. Me siento realmente feliz de estar donde estoy. Los inmigrantes hispanos están donde estuvo mi familia hace 4 generaciones, manifestó Don Coyne, abogado que trabaja en Manhattan y reside en Larchmont.
Hay demasiados ilegales, están por todas partes. Tiene que haber mejor control, porque estamos siendo invadidos, dijo Ron Garvey, residente del vecindario de Washingtonville, quien es dueño de una lavandería y de un negocio de lavado en seco.