Todos le fallaron
La niña medía 1.15 mts y pesaba alrededor de 16 kg, apenas como una criatura de 4 años a pesar que tenía 7. Los moretones abarrotaban su esmirriado cuerpo, se apreciaban marcas de amarras en las muñecas y los tobillos, y heridas (una de ellas reciente) en la cabeza. Murió a consecuencia de las heridas en la cabeza y por años de continuos maltratos, dictaminaron los especialistas.
Lo que parece la descripción de una víctima de un campo de concentración, o de abuso en un país del tercermundo; ocurrió aquí, en la Gran Manzana, en los EE.UU., en el primer mundo.
La ciudad le falló, dijo compungido, el alcalde de New York, Mike Bloomberg, refiriéndose a la muerte de la niña Nixzmary Brown.
Es de suponer que el lugar más seguro para un niño es el hogar, que los padres deben proteger a sus hijos, que los maestros deben alertar acerca de los abusos. Y si un niño vive en condiciones que pongan en riesgo su bienestar, está la ACS (Administration for Children's Services). Nadie la ayudó.
En mayo del 2005 la ACS realizó una investigación cuando la escuela a la que asistía la niña, reportó que había faltado por semanas. Sin embargo, se cerró el caso, cuando la madre explicó que por estar embarazada, no podía llevar su hija a la escuela.
A las 4.30 am del 11 de enero, Nixzaliz Santiago, madre de la pequeña, llegó a pedir ayuda a unos vecinos del piso superior. Mi hija está muriendo, dijo. Pero cuando llegaron, la niña estaba muy fría, declararon después.
Es que no entiende, declaró el hermano de César Rodríguez, padrastro de Nixzmary y presunto asesino. El periodista replicó ¿y por eso le pegaba? El hombre sacudió la cabeza, de arriba hacia abajo y de un lado a otro, sin atreverse a responder.
Cuando la policía empezó a revelar los detalles de la muerte de la niña, nadie podía entender tanta crueldad. La mantenían encerrada en un cuarto, donde hallaron colchones sucios, un radiador quebrado y la silla a cual era amarrada para ser torturada. No era alimentada, no le permitían ir al baño, en el cuarto había una caja (destinada para que los gatos evacúen) llena de excrementos. En el colmo de las vejaciones, también había sido abusada sexualmente.
La ciudad le falló, dijo compungido, el alcalde de New York, Mike Bloomberg, refiriéndose a la muerte de la niña Nixzmary Brown.
Es de suponer que el lugar más seguro para un niño es el hogar, que los padres deben proteger a sus hijos, que los maestros deben alertar acerca de los abusos. Y si un niño vive en condiciones que pongan en riesgo su bienestar, está la ACS (Administration for Children's Services). Nadie la ayudó.
En mayo del 2005 la ACS realizó una investigación cuando la escuela a la que asistía la niña, reportó que había faltado por semanas. Sin embargo, se cerró el caso, cuando la madre explicó que por estar embarazada, no podía llevar su hija a la escuela.
A las 4.30 am del 11 de enero, Nixzaliz Santiago, madre de la pequeña, llegó a pedir ayuda a unos vecinos del piso superior. Mi hija está muriendo, dijo. Pero cuando llegaron, la niña estaba muy fría, declararon después.
Es que no entiende, declaró el hermano de César Rodríguez, padrastro de Nixzmary y presunto asesino. El periodista replicó ¿y por eso le pegaba? El hombre sacudió la cabeza, de arriba hacia abajo y de un lado a otro, sin atreverse a responder.
Cuando la policía empezó a revelar los detalles de la muerte de la niña, nadie podía entender tanta crueldad. La mantenían encerrada en un cuarto, donde hallaron colchones sucios, un radiador quebrado y la silla a cual era amarrada para ser torturada. No era alimentada, no le permitían ir al baño, en el cuarto había una caja (destinada para que los gatos evacúen) llena de excrementos. En el colmo de las vejaciones, también había sido abusada sexualmente.
La niña no asistió por 45 días a la escuela, la ACS abrió el caso el 1ro de diciembre, pero no realizó investigación alguna (tienen 60 días para hacerlo) y la familia de la madre no tenía contacto con esta desde hace dos años. Además, un adolescente declaró que había visto a la niña con un ojo negro y la barbilla rota. Su barbilla estaba sangrando, dijo. Nadie hizo nada.
Rodríguez, veterano del ejército, de 27 años y desempleado, declaró que la niña era salvaje y que arrojaba los alimentos, razón por la cual la encerraba. Santiago, también de 27, tiene 2 hijos con el acusado y 3 niños más. Ambos enfrentan cargos por asesinato en segundo grado y de ser hallados culpables serían condenados a 25 años o a cadena perpetua.
En la segunda foto: Nixzaliz Santiago y César Rodríguez, el día que fueron acusados,en la Corte Criminal de Brooklyn.